Cuando Dios concluyó la creación dijo algo muy importante para el ser humano: No es bueno que el hombre esté solo!
Por esto, Dios creo el matrimonio. El mismo, con sus propias manos, formó a la mujer para que fuera la ayuda idónea del marido.
A partir de ese momento se pusieron las bases para la familia.
Es importante notar que una familia no es esposos e hijos; una familia es la unión de un hombre y una mujer con el hermoso propósito de ser felices al desarrollar el programa de vida que Dios le designe a través del tiempo. Dios nos juntó hasta que la muerte nos separe.
En nuestra iglesia tenemos especial atención por las familias. Planifique asistir a nuestras actividades y crecer con nosotros hasta la medida que Cristo diseñó para sus vidas.
Por esto, Dios creo el matrimonio. El mismo, con sus propias manos, formó a la mujer para que fuera la ayuda idónea del marido.
A partir de ese momento se pusieron las bases para la familia.
Es importante notar que una familia no es esposos e hijos; una familia es la unión de un hombre y una mujer con el hermoso propósito de ser felices al desarrollar el programa de vida que Dios le designe a través del tiempo. Dios nos juntó hasta que la muerte nos separe.
En nuestra iglesia tenemos especial atención por las familias. Planifique asistir a nuestras actividades y crecer con nosotros hasta la medida que Cristo diseñó para sus vidas.
La Biblia y el Matrimonio
Génesis 1:1. En el principio creó Dios los cielos y la tierra.2.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre
la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas.3. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 27. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.28.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de
los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.29.
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que
está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da
semilla; os serán para comer.30. Y a toda
bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que
se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será
para comer. Y fue así.31. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Génesis 2:15. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.16. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;17. mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.18. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.19. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.20. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.21. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.22. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.23. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.24. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.25. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Hebreos 13:4: Honroso sea en todos el MATRIMONIO, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
1 Corintios 7:1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 7:3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 7:4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 7:6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. 7:7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 7:8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; 7:9pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando. 7:10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 7:11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 7:12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 7:13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 7:14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. 7:15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. 7:16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 3:2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3:3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 3:4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 3:5 . Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 3:6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 3:8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 3:9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
Génesis 2:15. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.16. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;17. mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.18. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.19. Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.20. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.21. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.22. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.23. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.24. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.25. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Hebreos 13:4: Honroso sea en todos el MATRIMONIO, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
1 Corintios 7:1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 7:3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 7:4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 7:6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. 7:7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 7:8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; 7:9pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando. 7:10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 7:11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 7:12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 7:13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 7:14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. 7:15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. 7:16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 3:2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3:3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 3:4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 3:5 . Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 3:6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 3:8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 3:9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.